10

Nov

2025

ARTÍCULO DE OPINIÓN

Los sentimientos no mueren, se transforman

Los sentimientos suelen transformarse, lo que un día fue amor puede mutar en gratitud, la tristeza puede convertirse en serenidad. El paso del tiempo, las nuevas experiencias y el trabajo reflexivo permiten que todo se reconfigure.

Por Rosa Cornejo Briceño. 10 noviembre, 2025. Publicado en diario Correo, el 9 de noviembre de 2025.

Solemos escuchar frases como “ya no siento nada”, “ese amor se acabó”. La afirmación parece clara y tajante: los sentimientos tienen un inicio y un final. Sin embargo, cuando observamos lo que ocurre en nuestra mente y en nuestro cuerpo, esto se complica. ¿Los sentimientos desaparecen?
Los sentimientos son la vivencia subjetiva de las emociones. Una emoción, como la alegría y la tristeza, surge de manera intensa y breve. Los sentimientos, en cambio, son la huella que deja la emoción en nuestra conciencia.
Lo que desaparece no es el sentimiento, cambia la intensidad con la que lo experimentamos. Por eso, el “primer amor” nunca se olvida del todo, ni las heridas emocionales se borran, como si nunca hubieran ocurrido. Desde la neurociencia, se entiende que la amígdala y el hipocampo participan en este proceso. La amígdala asocia las experiencias afectivas y el hipocampo las vincula a un contexto que despiertan los sentimientos, aparentemente, dormidos.
Los sentimientos suelen transformarse, lo que un día fue amor puede mutar en gratitud, la tristeza puede convertirse en serenidad. El paso del tiempo, las nuevas experiencias y el trabajo reflexivo permiten que todo se reconfigure.
Paradójicamente, los sentimientos que más queremos olvidar son los que nos marcan. La memoria emocional no desaparece por decreto. Lo que sí podemos elegir es qué hacemos con ella. Quizá convenga preguntarnos: ¿Guardamos rencores como lastres que nos impiden avanzar, o aprendemos a transformarlos en comprensión? ¿Dejaremos que la nostalgia nos encadene al pasado, o la convertiremos en gratitud por lo vivido? En el fondo, los sentimientos no se esfuman, se integran en la historia de quiénes somos.

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